La compañía reunió a su equipo, familias y representantes internacionales para rendir homenaje a su historia, reconocer a las personas que la han hecho posible y reforzar su compromiso con el futuro.
Este pasado sábado, Girbau celebró su 105 aniversario con una jornada muy especial en su sede central de Vic. Más de un siglo después de su fundación en 1920 como un pequeño taller de aparatos electromecánicos, la compañía reunió a todo el equipo de la sede, sus familias y los presidentes de las filiales internacionales para conmemorar un hito que va más allá de lo empresarial: una historia compartida de innovación, compromiso y valores.
La jornada comenzó con un recorrido por los centros productivos, en el que las personas trabajadoras de Girbau y sus familias pudieron conocer de cerca los procesos industriales, la evolución tecnológica de la compañía y los proyectos que marcan el camino hacia el futuro.
El evento fue también una celebración del talento, la creatividad y el espíritu de equipo. Las actuaciones musicales en directo, una performance de rollerskating y un momento singular en el que las lavadoras HS de Girbau se transformaron en escenario y lienzo artístico, simbolizaron la fusión entre industria, arte y diseño que define el carácter de la compañía.
Además, el maestro chocolatero Lluc Crusellas campeón mundial envió su felicitación personal junto con una tarta conmemorativa creada especialmente para la ocasión, aportando un toque local y dulce a una jornada ya cargada de significado.
Durante el acto, y acompañados por Mercè Girbau y Pere Girbau actual dirección y representantes de la tercera generación, así como por Toni Girbau y Teresa Girbau segunda generación y figuras clave en la consolidación industrial y humana de la compañía, se revivieron momentos clave de la trayectoria de Girbau. La compañía puso en valor cómo ha crecido desde sus raíces en Vic hasta convertirse en una marca global. Buena muestra de este recorrido fue la presencia de los presidentes de las 16 filiales internacionales del grupo y de Mike Floyd, a quien se dedicó un especial reconocimiento por su vinculación histórica con Girbau y su papel destacado en los más de 30 años de trayectoria de Girbau North America.
Como parte de las acciones conmemorativas de este 105 aniversario, Girbau ha iniciado un conjunto de gestos simbólicos y celebraciones que se extenderán a lo largo del año. Entre ellas, destaca la plantación en la sede central de un ciprés en memoria de Pere Girbau, figura clave de la segunda generación, así como diferentes actos en las sedes internacionales del grupo, donde cada filial celebrará este aniversario de forma local.
Este 105 aniversario ha servido para reconectar con los orígenes de la compañía, celebrar el presente junto a quienes lo hacen posible día a día y mirar al futuro con energía renovada y un fuerte sentimiento de comunidad.